“No hay función en la vida más esencial y eterna que la de la maternidad”.
– M. Russell Ballard
El embarazo es unos de los procesos naturales más maravillosos que pueden experimentar las mujeres a lo largo de su vida. Te permite observar y apreciar la belleza de la vida, el hecho de crear vida y dar a luz es algo realmente mágico.
Pero, al mismo tiempo, el cuerpo de la mujer transita una infinidad de cambios que suponen un grado de estrés elevado. Tanto para el cuerpo de ella, como para el del bebé. Algunos de estos cambios pueden ser:
- Cefaleas, mareos y cambios en el centro de gravedad.
- Fatiga: el cuerpo necesitas mucho más descanso.
- Aceleración de la frecuencia cardiaca: a medida que el feto va creciendo el corazón de la madre trabaja más porque tiene que bombear más sangre al útero. Tanto la cantidad de sangre que bombea el corazón como los latidos por minuto en reposo aumentan significativamente.
- Problemas de sueño y sensación de ahogo al ejercer movimientos más complejos.
- Dolor de espalda, lumbares y aumento de la curvatura lumbar provocados por el cambio en el centro de gravedad y flexión vertebral.
- Cambios hormonales y de peso: esta gran producción de hormonas hace que los ligamentos de todo nuestro cuerpo estén mucho más laxos. Lo que puede provocar que la columna, cadera y pelvis se desequilibren y aparezcan más subluxaciones.
- El sistema inmunológico se vuelve menos sensible, es un mecanismo natural que permite evitar cualquier rechazo hacia el bebe.
- Cambios psicológicos y de humor: las hormonas son las causantes de que la mujer se vuelva más sensible y nazca un sentimiento de preocupación respecto a la evolución del embarazo.
La quiropráctica ayuda a que el sistema reproductor, el sistema inmune y el nervioso reciban sin interferencias el flujo de información necesario a través de la columna vertebral. Una interferencia en el flujo de impulsos nerviosos podría afectar negativamente, tanto a la madre como al desarrollo del bebe.
Un sistema nervioso óptimo y feliz garantiza un correcto desarrollo del embarazo, que puede dividirse en 4 etapas. Cada una de estas etapas recibirá un beneficio concreto a través del cuidado quiropráctico:
- Durante la preconcepción los ajustes ayudan a la estimulación del ciclo menstrual. Este será más regular. La quiropráctica ayuda también al buen funcionamiento del útero. Prepara el cuerpo de la mujer para ser fuerte y flexible de cara al embarazo. Promueve la salud de dentro hacia afuera, consiguiendo corregir las subluxaciones para que el cuerpo vuelva a estar en sintonía. Así, muchas parejas que creían ser estériles han podido restaurar este suministro del sistema nervioso a los órganos reproductivos, logrando la tan ansiada concepción.
- Durante el embarazo el cuerpo está en continuo cambio. Lo que conseguimos con la quiropráctica es que todos estos síntomas se minimicen y sean más llevaderos, facilitando así continuar con una actividad normal en el día a día. Nos ayuda a mantener el equilibrio, la alineación y la flexibilidad que va a necesitar un bebe para adoptar la posición más adecuada para su nacimiento. Una mamá sana es requisito para un bebe sano.
- Durante el parto, gracias a los ajustes diarios la cadera y la pelvis, que son los más afectados en el proceso, van a estar bien colocados. Es importante porque una disfunción en estas zonas puede crear tensión en los ligamentos pélvicos que sostienen el útero, influyendo así en un mal posicionamiento y ocasionando problemas que pueden desembocar en una cesárea evitable con un buen cuidado quiropráctico. Según estudios recientemente publicados, las madres que está en manos de un quiropráctico suelen necesitar menos intervención médica y los partos son menos dolorosos y más cortos. Con una distribución correcta del sistema nervioso, las contracciones ayudan a situar al bebe de manera más fácil en el canal del parto.
- En el postparto la quiropráctica ayuda a la nueva madre a reequilibrar la columna y la pelvis. Así evitaremos problemas de espalda y la recuperación será más temprana y completa.
Y por último, por supuesto, introducir el cuidado quiropráctico en la rutina del bebé recién nacido marcará la diferencia en su sensación de bienestar.
En nuestra consulta quiropráctica en Madrid recomendamos traer al bebé a la mayor brevedad. Su crecimiento será óptimo y su potencial pleno. Los cólicos, la asimetría craneal, las bronquitis y los problemas digestivos tan comunes en los bebés se ven claramente mejorados gracias a los ajustes regulares.
En Marcelo Quiropráctico tratamos a diario a los más pequeños de la casa, porque la quiropráctica tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades de cada etapa vital.
Cualquier etapa del embarazo es buena para introducir el cuidado quiropráctico como rutina de autocuidado. Te garantizamos que comenzar a ajustarte, tanto tú como el bebé, marcará un antes y un después en tu vida.
La quiropráctica es una disciplina preventiva. Es decir: no es necesario esperar a sentirte mal para comenzar a ajustarte. Por el contrario, adelantarte con ajustes regulares garantizará el éxito del precioso y preciado momento que supone un embarazo.