Hoy, durante un paseo, recordé una frase reveladora que un profesor me compartió un día y que cambió mi enfoque por completo.
A menudo nos bloqueamos antes incluso de empezar, paralizados por el miedo a hacerlo mal. Esa voz interna nos cobra más energía que el propio desafío.
Pero hacer algo desde esa tensión rara vez produce buenos resultados. Esa rigidez interna confunde: el temor al error no nos protege, nos limita. Reconocerlo, detenernos un momento y preguntarnos si estamos actuando desde el miedo o desde lo que realmente queremos, es el primer paso para liberarnos.
En consulta lo veo cada día: personas que cargan tanto con la exigencia de hacerlo “perfecto” que su cuerpo se tensa, se encoge, y la respuesta terapéutica tarda en llegar.
Con un ajuste quiropráctico, el cuerpo se relaja, se abre espacio… y desde esa nueva postura, la mente también se despeja.
🔹 Ajustes quiroprácticos para aliviar la tensión del perfeccionismo
🔹 Reencuentro con la creatividad y la autenticidad
🔹 Primera visita completa en nuestro centro en Madrid
¿Y si, la próxima vez que te sientas bloqueado por ese “¿y si lo hago mal?”, pruebas a preguntarte: ¿qué pasaría si lo intentas desde la confianza en lugar del temor?