Hoy, conduciendo, me encontré enfadado con un coche que iba muy lento. Y de repente lo vi claro: lo único real era que había un coche lento. Todo lo demás era una historia que yo me estaba contando sobre cómo deberían ser las cosas.
Vivimos llenos de reglas internas. Muchas ni siquiera sabemos de dónde vienen. Son creencias que hemos heredado, aprendido o asumido… y cuando la realidad no encaja con esas reglas, perdemos la paz.
El truco no es luchar contra esas reglas. Es verlas. Darse cuenta de que están ahí, que son fruto del condicionamiento… y que no tengo por qué hacerles caso.
No siempre puedo evitar que aparezcan, porque muchas están en el subconsciente. Pero cuando las reconozco como lo que son —solo pensamientos—, puedo observarlas y no dejar que dirijan mi experiencia. Y entonces, la vida se vuelve más fácil, más fluida y con menos sufrimiento.
En consulta veo lo mismo: personas tensas, atrapadas en exigencias invisibles. Y tras un ajuste, el cuerpo se relaja, la mente se calma… y aparece esa posibilidad de mirar la vida desde otro lugar.
🔹 Ajustes quiroprácticos para liberar tensión física y mental
🔹 Reconexión con tu estado natural de bienestar
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¿Y si la próxima vez que te alteres… simplemente miras qué regla se activó?