Hoy en el #UnPaseoConMarcelo hablo de algo que me tocó de cerca… y que surgió haciendo bricolaje (sí, lo odio). Empecé a hacerlo gruñendo, pero al rato, sin darme cuenta, estaba concentrado, disfrutando y el tiempo se me pasó volando.
¿La clave? No fue motivación. Fue inspiración.
Me di cuenta de que la motivación gasta mucha energía. Es forzada, mental. Pero la inspiración surge cuando te entregas al momento sin la historia de “esto no me gusta” o “esto no es lo mío”.
Si soltamos la narrativa negativa, podemos enamorarnos de lo que hacemos, incluso de aquello que antes rechazábamos. La experiencia cambia cuando no arrastramos la carga mental que la acompaña.
En consulta, lo veo cada semana: personas que llegan tensas, desconectadas, luchando con su rutina. Y tras unos ajustes quiroprácticos, esa tensión baja, la mente se aquieta y aparece la inspiración, la claridad y la energía para disfrutar del presente.
🔹 Ajustes que liberan tensión física y mental
🔹 Más energía, más presencia, más disfrute
🔹 Primera visita completa en nuestro centro en Madrid
¿Y si lo que no te gusta solo es una historia mal contada?
