Hoy, en este #UnPaseoConMarcelo, comparto algo muy simple pero poderoso: esta mañana me levanté un poco tristón. No sabía muy bien por qué, hasta que observé el pensamiento que me estaba afectando. Había una vocecita que decía: “Deberías haberte levantado a las 6 y no a las 7.” Y claro, me lo creí.
Ese es mi condicionamiento: tengo que hacer más, rendir más, aprovechar más. Pero en cuanto vi el pensamiento por lo que era —solo un pensamiento—, algo se liberó. Me di cuenta de que la tristeza no venía del día, ni de la hora, sino de creerme esa voz del ego.
Y entonces pasó algo muy bonito: salí a pasear con Red, solté la necesidad de controlarlo todo y empecé a disfrutar del momento. Nada había cambiado… salvo mi forma de mirar.
En consulta vemos esto cada día. Cuando el sistema nervioso está en tensión, el cuerpo vive en modo defensa, hipervigilante, buscando controlar. Pero con los ajustes quiroprácticos, ayudamos a liberar esa tensión, y eso cambia nuestra relación con la vida.
La paz no llega cuando todo está “bajo control”, sino cuando suelto la necesidad de controlarlo todo.
🔹 Ajustes para reducir el estrés y aumentar la presencia
🔹 Reconexión cuerpo–mente desde la quiropráctica
🔹 Primera visita completa en nuestro centro en Madrid
¿Y si hoy no hicieras tanto… y simplemente estuvieras más?