A veces la vida te lleva por caminos inesperados. En mi caso, ese camino me trajo hasta la quiropráctica, y hoy no puedo imaginarme haciendo otra cosa.

Cuando era joven, seguí el camino “correcto”: estudié empresariales en Estados Unidos, hice un MBA y conseguí un buen trabajo en una gran multinacional. Pero, aunque en teoría tenía todo lo que necesitaba, sentía que algo me faltaba. No era feliz, no estaba donde realmente quería estar.

Fue un momento difícil, pero también una gran oportunidad. Recordé que, de niño, siempre había querido ser médico y ayudar a las personas a sanarse y recobrar su bienestar. Esa idea nunca desapareció, y cuando llegó el momento de hacer un cambio, la quiropráctica apareció en mi vida.

Decidí empezar de nuevo y me formé en la Life University, en Atlanta. Fue la mejor decisión que pude haber tomado. No solo encontré mi vocación, sino que también entendí algo fundamental: el cuerpo tiene una capacidad increíble para sanarse a sí mismo si le damos las condiciones adecuadas.

Hoy tengo la suerte de hacer lo que más me apasiona: cuidar de mi gente, vosotros, y apoyaros en vuestra recuperación. Trabajo con el mejor doctor del mundo, la inteligencia que reside en tu propio cuerpo. La misma que hace que una herida cicatrice o un hueso roto suelde. El poder esta dentro de ti pero casi nadie te dice esto. Cuanto más lo ves más confías en tu capacidad de auto sanación y más rápido te recuperas.

Mi misión de vida es inspirar a las personas a cuidar de su salud compartiendo mis conocimientos y dándoles las herramientas y el apoyo necesarios para recuperar y mantener su salud, bienestar y calidad de vida.

Y para ayudarme en esto tengo un equipo maravilloso que ahora conoceréis. Su amor y dedicación son un regalo, una bendición.

Si decides confiar en en nosotros y en la quiropráctica, estaremos todo el equipo felices de apoyarte en tu camino hacia una mejor vida.